La dura factura de la inflación en nuestros hogares

Hoy conocemos un nuevo dato de inflación, que revela una nueva subida en el precio de los alimentos. En apenas 3 años, la vida se ha encarecido un 16% más para la media de españoles, y para algunos las cosas son aún más complicadas. Los sueldos no han subido en la misma medida, y esto da como resultado un empobrecimiento real, especialmente para algunas personas.

Las familias pierden un 10% de poder adquisitivo

La pandemia, la inflación, la inestabilidad geopolítica generalizada que vivimos han terminado de alimentar una situación que estamos notando y mucho en nuestros bolsillos, pero que no es igual para todo el mundo ni ha tenido los mismos efectos en todos los sectores.

Qualy

 

Familias cada vez más empobrecidas

Es un hecho: frente a una subida acumulada del IPC del 16,1%, el salario medio apenas se ha incrementado un 6,1% desde 2021, con lo que se desde OCU concluimos que las familias españolas han perdido un 10% de poder adquisitivo en apenas 3 años. Los más perjudicados son quienes, en grandes ciudades pagan una hipoteca variable o viven de alquiler y se han cambiado de casa (que alcanzan hasta un 23% de pérdida de poder adquisitivo).

 

Los precios siguen al alza

Pero la subida nos afecta a todos: hoy hemos conocido el nuevo dato del IPC de enero, que queda en el 3,4% y refleja una subida de los alimentos que alcanza el 7,4%: es decir, los alimentos son ahora más de un 7% más caros que hace un año, cuando ya estaban disparados y eso que las medidas para paliar la crisis han atenuado un golpe que sin ellas sería aún mayor.

 

Los responsables de la carestía de la vida

¿Qué está detrás de la subida de la inflación? Ha sido la confluencia de distintos factores lo que está detrás de esta tormenta perfecta:

  • Gran subida de los precios de la energía y los carburantes, que hizo dispararse el precio de gasolina, gasóleo, gas, electricidad y hasta butano, afectando de manera directa al funcionamiento de industrias, servicios, agricultura… y, claro está, en el precio de los transportes y la distribución.
  • Ese aumento de los costes energéticos, combinado con la subida de precio de las materias primas se ha traducido en un gran incremento en el precio de alimentos.
  • Por otra parte, las políticas monetarias destinadas a enfriar la economía han supuesto un alza de los préstamos de tipo variable, unas hipotecas prohibitivas conducen a muchos a plantearse la opción del alquiler, y el incremento de la demanda unido a la limitada oferta de nuevo provoca una subida de precios.

Está claro que muchos hogares han tenido que ajustarse el cinturón, modificar sus hábitos de consumo, porque llegar a fin de mes se ha convertido en una hazaña, aunque para unos más que para otros.

 

El IPC no considera todo por igual

El IPC es un dato calculado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de la evolución de los precios de casi 1.000 artículos, ponderando su importancia según el peso que tengan en un presupuesto familiar medio. Pero hay diferencias que hacen que las subidas no afecten a todos por igual.

La vivienda es determinante:

  • El alquiler en una gran ciudad se lleva en torno al 30% de los ingresos de los alquilados, y asciende en algunos casos al 50%.
  • Tampoco valora de una manera realista lo que supone pagar la hipoteca: el IPC no recoge la inversión en vivienda como gasto y, por lo tanto, no forma parte del cálculo de la inflación, aunque el dinero que una familia destina a comprar una casa es una de las partidas que más condicionan su economía, especialmente en los últimos tiempos si tienen una hipoteca de interés variable.

Tras la vivienda, los gastos que más crecieron desde 2021 fueron la alimentación, el transporte y el ocio. Por ejemplo, con los datos del pasado mes de enero, para una pareja sin hijos, el coste en alimentación ha subido en apenas 3 años 105 € al mes, en automóvil y transporte pagan 52 € más y en ocio 65 € más. Por el contrario, en vestido y calzado su factura mensual apenas ha aumentado en 5 € más, 8 € en bienes para el hogar y 10 € en conservación y suministros.

Y un colectivo especialmente perjudicado son lasfamilias con rentas bajas, que viven al día, sin capacidad de ahorro, para quienes un 10% de pérdida de poder adquisitivo implica no poder pagar a tiempo un recibo o no alcanzar a pagar bienes de primera necesidad… unos bienes cada vez más caros.

El IPC es muy elocuente, pero detrás de los números hay hogares reales, con familias que tienen facturas que pagar todos los meses y que no han parado de crecer durante estos años hasta alcanzar límites insoportables.

 

Las ayudas son imprescindibles

Una situación de crisis económica como la que todavía estamos viviendo ha hecho imprescindibles las medidas anticrisis, con rebajas en los impuestos y también ayudas directas a determinados colectivos o sectores económicos así como cambios normativos. Algunas llegaron tarde y otras no han bastado para frenar la escalada de precios, aunque al menos han servido para mitigarla. Con todo, la situación sigue siendo preocupante, y el nuevo dato del IPC viene a demostrarlo claramente.

 

Por eso, desde OCU pedimos

  • Que se facilite el cambio de hipoteca, reactivando la exención de la comisión por cancelación.
  • Se tomen medidas reales para fomentar el alquiler público de vivienda social.
  • Se mantenga el IVA reducido de los alimentos, ampliándolo a otros como carne y pescado.
  • Se aumente el cheque de 200 € para familias con ingresos de menos de 27.000 €, así como el número de beneficiarios.
  • Se prolongue la reducción de los impuestos a la electricidad y al gas y la electricidad.

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