Precio del butano: evolución

La nueva revisión del precio del butano supone de nuevo una bajada: desde el 16 de julio la bombona costará 15,34 €. Aunque el precio del butano baja en la última revisión, todavía es más caro que hace un año.

 

Qualy

Un butano más barato este verano

En 2015 se adoptó el nuevo sistema de fijación de precios de la bombona de butano. Desde entonces, ese precio ha sufrido variaciones muy notables en poco tiempo… si bien había una tendencia, un ciclo de precios anual, en el que los precios del butano tendían a subir en invierno y bajar durante el verano. 2021 rompió todos los esquemas, pues las sucesivas revisiones se tradujeron en subidas consecutivas, y en mayo de 2022 se llegó a un precio de récord en la bombona, alcanzando los 19,55 €.

Desde ahí empezó a bajar, aunque el otoño pasado se rompió la racha, encadenando tres subidas consecutivas. La revisión del precio del butano de mayo de 2024 trae por fin buenas noticias para los consumidores: desde el 16 de julio, la bombona tradicional baja de nuevo su precio, 80 céntimos, quedando a 15,34 €.

 

La bombona costará 80 céntimos menos este verano

El pasado 30 de junio pasado terminó el periodo durante el cual se aplicaba un tope al precio que podía alcanzar la bombona de butano. Se trataba de un límite que se estableció debido a los continuos incrementos que registraba el butano y que lo llevaron al borde de los 20 €. Sin embargo, nunca hizo falta aplicar ese tope porque, poco después de establecerlo, comenzó el descenso en la cotización y la bombona bajó 5 € en apenas un año.

A partir del 16 de julio, la bombona de butano baja su precio hasta los 15,34 €, lo que significa un descenso de 80 céntimos.

 

Hace un año costaba un 1,1% menos

Pese al descenso,es un precio levemente superior al de hace un año, que era 15,18 €, por lo que representa un incremento del 1,1% interanual, algo por debajo del IPC medio. Y además, hemos recuperado en cierto modo la «previsibilidad» de las revisiones de precios, asistiendo a incrementos durante el otoño y el invierno y descensos a partir de la primavera hasta el fin del verano.

Esta bajada aprobada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se añade a la vista en la revisión pasada del mes de mayo, pero con la particularidad de que ahora apura la bajada todo el margen permitido (un 5%), aunque, debido al redondeo al céntimo, en la traslación al precio de venta al público se queda en un 4,96%.

Esto apunta a que se está generando un superávit de tarifa que servirá de colchón frente a las subidas que previsiblemente, volverán a producirse con el otoño. También quiere decir que, o bien todos los factores que inciden en el precio del butano empujaron con cierta fuerza hacia abajo o que, si hubo alguno que tiró hacia arriba, su fuerza fue muy inferior a la de los que motivaban la bajada. Como veremos, en esta ocasión fue el 2.º caso.

 

¿Qué está detrás de la bajada?

Según se desprende de la disposición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, lo que ha motivado la bajada es únicamente el descenso de la cotización internacional de la materia prima, que ha disminuido un 8,8%.

El tipo de cambio entre el euro y el dólar se puede considerar un factor neutral en esta revisión, pues ha permanecido muy estable, con una levísima depreciación del euro del 0,1%. Por el contrario, el coste de los fletes ha subido con cierta fuerza (14,1%), aunque, debido a que el peso de los fletes en el precio final es muy bajo (ni la veinteava parte), no pudo impedir que la bajada de la cotización del butano llevase a la máxima caída del precio de la bombona. Adermás, no había ni déficit ni superávit que aplicar en esta revisión (cosa altamente infrecuente), por lo que no hubo ningún freno a la evolución que marcasen los factores que se consideran en las revisiones bimestrales.

¿Seguirá la tendencia descendente?

En los pronósticos que hicimos en la revisión de mayo ya consideramos que en esta revisión de julio lo más previsible era que se produjese una bajada de precio, y así ha sido.

Si a esto le añadimos que el ciclo anual de precios del butano se está recuperando, ¿podríamos pronosticar con fiabilidad lo que pasará en septiembre? No es tan simple: históricamente, en las revisiones de septiembre hemos visto más frecuentemente descensos, y el superávit de tarifa generado en esta revisión apoya esta posibilidad… pero lo cierto es que estamos ante un superávit de menos de 6 céntimos por bombona, que no podrá frenar una eventual subida ni ayudará a un descenso significativo si la cotización internacional del butano se mantiene. Seguimos en una situación muy volátil en el que cualquier alteración política o económica puede dar al traste con cualquier previsión.

En cualquier caso, el nuevo precio lo veremos en septiembre. Mientras tanto, esta revisión de julio deja una de cal y otra de arena: se ha producido una bajada del precio, que se ha sumado a la de mayo, con lo que comprar la bombona supondrá un menor gasto, lo que facilitará las cuentas de los hogares consumidores de butano, que tienden a ser de menores recursos o de zonas en las que escasean las alternativas. Además, se ha generado un leve superávit de tarifa… pero no podemos perder de vista que el precio sigue siendo mayor al que había hace un año (1,1%) y el descenso se produce precisamente cuando el consumo del butano disminuye en muchos hogares.

Estos cambios afectan a los usuarios de la bombona tradicional de butano, la que tiene 12,5 kilogramos de carga y que en vacío pesa más de 9 kilos, que son la mayoría de las usadas en nuestro país: 53 de los 68 millones de bombonas de butano que se consumen en España encajan en esta definición de bombona tradicional. Las otras tienen el precio liberalizado desde hace años, por lo que pueden costar más que este precio regulado.

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