El nuevo año agrícola y meteorológico se inicia con muchas dudas en el campo andaluz. La sequía y las altas temperaturas provocan incertidumbre entre los agricultores que, ante la falta de expectativas claras, retrasan la planificación de las siembras otoñales y permanecen alerta a la espera de las ansiadas lluvias.
En las condiciones actuales es imposible e incluso desaconsejable apostar por un cultivo en concreto o lanzarse a comprar semillas, abonos y fertilizantes. Tal como expuso el presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, en la jornada celebrada hoy junto a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la AEMET, “con este tiempo seco y caluroso es imposible planificar nada”.
Respecto a la campaña de riego ya finalizada, los embalses de regulación general de la cuenca del Guadalquivir han acabado al 16,7%, almacenan 964 Hm3, una cantidad claramente insuficiente, que está por debajo de la mitad de la media de los últimos diez años. El año que acabamos de cerrar ha sido calamitoso, con mermas de producción de entre el 40 y el 60% en todos los sectores y cultivos. Pérdidas que superarán los 2.500 millones de euros que perdió ya el campo andaluz como consecuencia de la sequía en el pasado ejercicio.
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